Ahora les toca a ustedes

Ahora les toca a ustedes

Ayer, hoy y siempre

El padre Luis Faccenda, Franciscano Menor Conventual, al igual que el padre Kolbe, supo acoger y desarrollar, de manera vital, el carisma recibido de él. Podemos decir que dio animación y vida a aquello que el padre Kolbe había escrito un día: “Cada generación debe agregar las propias conquistas y sus frutos a las generaciones precedentes. De hecho, el espíritu no conoce las leyes materiales del envejecimiento, sino que debe desarrollarse sin ningún límite”. (EK 486)

Al recibir el don de María y experimentar la validez de la consagración a Ella, supo interiorizarla, reelaborarla y transmitirla realizando una continua actualización. Él afirmaba: “En los años de mi actividad este ha sido también mi compromiso continuo: acoger las intuiciones del Padre Kolbe sobre la consagración a la Inmaculada y buscar las formas expresivas para el presente, en línea con el camino de la Iglesia y con las exigencias que el pueblo de Dios manifestaba”. (OVS X, p. 245)

En el año de la oración

“Non hay más que un modo para aprender a orar, y es el de orar con frecuencia”.(Padre Luis Faccenda)

Siendo aún muy joven, se convirtió en ardiente continuador de la obra de san Maximiliano. En el año 1945, recibió la instrucción de guiar el grupo de la Milicia de la Inmaculada en Emilia Romagna, región del centro de Italia, y se puso rápidamente en marcha para conocer su legado. Descubrió con profunda admiración que la consagración a la Inmaculada y el celo misionero de san Maximiliano Kolbe constituían una perla preciosa por la que valía la pena venderlo todo para comprarla (cf. M. 13, 45-46).

De la lectura de los escritos del padre Luis Faccenda, emerge con fuerza el vínculo que él tenía con el padre Kolbe, quien velozmente se convirtió para él en maestro, guía, compañero de camino. Una pequeña muestra la encontramos en esta bella oración: “Querido Padre Kolbe tú me güiste tras las huellas de María, cuando todavía no conocía todo su valor, me presentaste la consagración a la Virgencomo la más grande ayuda para ser fiel a la voz del Señor…”. (OVS II; 202-207)

En seguida, el Padre Luis Faccenda comenzó un ardiente apostolado que lo llevó a sembrar el don de la consagración a María en el corazón de muchas personas, algunas muy jóvenes, quienes enamorándose del ideal kolbiano quisieron consagrarse a Dios viviendo el total ofrecimiento a la Inmaculada, como secreto de vida y de misión.

Es por eso que, en el año 1954, dejándose iluminar por el Espíritu Santo y animado por sus superiores, aceptó fundar el Instituto de las Misioneras de la Inmaculada – Padre Kolbe, con el deseo ardiente de que fuesen ellas quienes mantuvieran vivo este ideal en el mundo.

En el 1988 nacieron, también, los Voluntarios de la Inmaculada – Padre Kolbe, laicos o clérigos agregados al Instituto, los cuales comparten la espiritualidad y la misión.

El Instituto representó para el padre Luis Faccenda, depositario de un don y de una misión: la de mantener vivo en la Iglesia el “sentido” de María, desarrollar el conocimiento de su insondable “misterio”, propagar su culto, hacerla conocer y amar por todos, pequeños y grandes, enfermos y sanos, ricos y pobres. (cf. OVS II, 187)

Así, la Inmaculada se convierte para nosotras, Misioneras de la Inmaculada – Padre Kolbe, en el corazón de nuestra vida consagrada y misionera. Ella es el modelo al cual miramos para ser hermanas y madres en el camino de la vida. La pertenencia a María, nos hace partícipes de su capacidad de recibir el amor gratuito de Dios, de contemplarlo actuando en nuestra vida y en la historia de la humanidad, y de comunicarlo como sentido y plenitud de la vida de cada hombre y mujer. Nos impulsa a ser colaboradoras con Cristo en la obra de la salvación, a amar a los hermanos y a permitir que María continúe llevando la presencia de Cristo en el mundo, a través nuestro. (El carisma: un don, una consigna, un desafío…, 7-8).

Siguiendo el surco de la fecunda herencia de san Maximiliano Kolbe, que el padre Faccenda ha aceptado, interpretado y reelaborado de forma original y creativa, continuamos nuestro camino, conscientes de la belleza del don recibido.

La expresión “ahora les toca a ustedes, tantas veces pronunciada por el padre Luis Faccenda, nuestro fundador, y que es el título de esta sección, nos ayuda a comprender que ahora nos toca a nosotros, Misioneras y Voluntarios de la Inmaculada – Padre Kolbe; les toca también a ustedes, queridos Mílites, continuar el surco iniciado por el padre Kolbe y profundizado por el padre Luis Faccenda. Así podremos hacer florecernuestro carisma mariano, kolbiano y misionero, respondiendo al presente con las intuiciones del pasado, dando una respuesta nueva y eficaz a las realidades de hoy y de mañana. Nos toca a nosotros continuar siendo en el mundo: María que vive, habla y actúa en el corazón de cada persona y de la humanidad.

Silvana Mattos

Misionera de la Inmaculada – Padre Kolbe

 

 

 

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